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miércoles, 25 de febrero de 2015

PONENCIA GERMÁN RONCANCIO, CONGRESO DE LOS PUEBLOS

Declaración de la XV Comisión Política del Congreso de los Pueblos

Bogotá, D.C., 1 de Febrero de 2015

Congregadas nuestras manos, voces y sentimientos en el Seminario Político - Ideológico "Compañero Carlos Pedraza", con un espíritu unitario y constructivo, las fuerzas sociales y políticas que constituimos el Congreso de los Pueblos le expresamos al movimiento popular colombiano y a los pueblos latinoamericanos y del mundo nuestras ideas y propuestas:

1. Ante la crisis global, acrecentar las luchas

Asistimos a una crisis sistémica del capital que pretende resolverse mediante una arremetida contra las/os trabajadores, las/os pobladores, los pueblos y la naturaleza. En otras palabras, frente a la crisis, el capital promueve la guerra social, ideológica, económica y militar. De ahí la aparente paradoja: por un lado crisis, por el otro, arremetida y auge del capital. Es evidente que el capitalismo fracasó en ofrecer posibles formas superiores de vida; porque no lo quiere hacer, y porque simplemente no lo puede hacer. Esta crisis civilizatoria tiene expresiones concretas como son el militarismo, el consumismo y la desesperanza.

En Colombia la crisis se trata de solventar con la aplicación a fondo de un modelo extractivista encabezado por el capital financiero transnacional. Este modelo ha generado cientos de focos de conflictos territoriales y laborales a lo largo y ancho del territorio nacional.

En este contexto los pueblos no han parado de luchar de distintas formas: constatamos y saludamos la emergencia de procesos populares en Europa que avizoran una nueva etapa de luchas y animamos a Syriza, al pueblo kurdo, a Podemos a profundizar la pelea por la democracia y la paz.

En América Latina sigue siendo relevante la permanencia de procesos y gobiernos alternativos que cuestionan la hegemonía de los Estados Unidos. Llamamos a los pueblos a fortalecer la dinámica de camino propio y rechazamos las agresiones imperialistas.

Estas experiencias diversas muestran un solo camino para los pueblos: la lucha. Sabemos que aún el camino es largo pero desde la fuerza que da la solidaridad y el internacionalismo avanzaremos hacia un mundo justo.

2. La paz la hacen los pueblos

El Congreso de los Pueblos reafirma la necesidad de hacer de la paz una lucha social. Nuestro Congreso para la Paz de 2013 mandató la construcción de un fuerte movimiento por la paz, animado por una agenda de los movimientos. Hemos venido caminando por ese sendero, pero hoy emplazamos al gobierno de Juan Manuel Santos a discutir con el movimiento social los cambios necesarios en los regímenes político y económico que abran el camino hacia la paz.

El Congreso de los Pueblos apoya y respalda los esfuerzos que se hacen en la Mesa de la Habana entre la insurgencia de las Farc-Ep y el Gobierno y exige que se de pronto inicio a las negociaciones con el ELN; sin embargo, los movimiento sociales tenemos una agenda propia que requiere escenarios y espacios vinculantes de debate y solución.

Llamamos a la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, al Frente Amplio por la Paz, a Clamor Social, al sindicalismo, al movimiento estudiantil, a las fuerzas sociales y políticas, a confluir en esfuerzos unitarios en la lucha por la paz. No podemos esperar que la paz llegue de mano de gobiernos neoliberales, la paz la hacemos los pueblos con la lucha y la movilización.

3. Nuestra fuerza es el poder popular
El Congreso de los Pueblos tiene una concepción de poder popular que implica que la gente tiene el poder de las decisiones, tiene el poder de cambiar su vida, de ordenar su territorio y definir su dinámica organizativa por su propia cuenta.

Para el Congreso de los Pueblos el Poder Popular pasa por:

La construcción de autonomías y el fortalecimiento de la movilización social, como capacidad de construcción y regulación de la vida, la economía y la organización social. Nos empeñaremos en fortalecer los procesos organizativos para más y masivas movilizaciones.

Dar cuenta y reconocer las luchas de todos y todas, los organizados y no organizados, potenciando la diversidad no simplemente anunciada en el sentido intercultural, sino en el compartir un proyecto común de país y sociedad.

Asumir y potenciar la lucha institucional,  impulsando al pueblo y sus organizaciones políticas a que  sean gobierno local y asuman los mandatos del Congreso de  los Pueblos como su base programática.
4. Somos un caudal social y político que hará realidad la vida digna.

En el Congreso de los Pueblos nos reconocemos como un Movimiento Social y Político que tiene  como horizonte estratégico y como propósito de su actuación política, organizativa, cultural e ideológica, la construcción de sociedades libres, con vida digna y en paz, que:

·         Superen todas las formas de opresión, explotación y negación de los seres humanos;
·         Enfrenten y superen el capitalismo en todas sus formas,
·         Construyan un sistema político y económico donde las comunidades decidan sobre la economía, el territorio y los bienes comunes,

·         Superen el patriarcalismo y toda forma de opresión por razones de género y orientación sexual,    Y. Construyan formas económicas que protejan y respeten a la naturaleza y garanticen la socialización de los bienes comunes.

Convocamos a los procesos populares y democráticos a construir confluencias cada vez mayores que se erijan como alternativa real de poder y conquiste un país con vida digna, al tiempo de forma unitaria convocamos a empujar las jornadas de movilización del 2015 y 2016.

Mandatamos concretar una convergencia de las agrupaciones políticas que hacen parte constitutiva del Congreso de los Pueblos, las cuales se comprometen en el corto plazo a unificar sus tácticas electorales, trabajando desde nuestros propósitos estratégicos y definiciones específicas.

 Congreso de los Pueblos, Delegadas y Delegados a la XV Comisión Política
 Bogotá, Colombia.
www.congresodelospueblos.org
Mail: comunicaciones@congresodelospueblos.org
Twitter: @C_Pueblos

Facebook: Congreso de los Pueblos

PONENCIA JOSE CUESTA NOVOA, ALCALDÍA DE BOGOTÁ

PONENCIA ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE LA PAZ
“BOGOTÁ CAPITAL DE LA PAZ”

Por José Cuesta Novoa

Bogotá Capital de la Paz es el proceso que ha venido adelantando el Distrito Capital a través del Gobierno de la Bogotá Humana, en cabeza del Alcalde Mayor Gustavo Petro, en relación con el eventual proceso de postconflicto al que se va a ver avocado el país, las distintas entidades territoriales, la sociedad civil colombiana y por supuesto la bogotana, luego de la firma de los acuerdos de paz con las FARC y el ELN.

Sin embargo, y antes de entrar en materia, es importante explicarles que Bogotá es la capital de la República, está jurídicamente definida como un Distrito Capital, y su ordenamiento político administrativo (Estatuto Orgánico de Bogotá) divide la ciudad de Bogotá en 20 localidades. Ahora bien, cada localidad tiene un alcalde local, es decir que Bogotá tiene un Alcalde Mayor y 20 alcaldes locales y esto último es a lo que nosotros denominamos el sector de localidades.

Dejando esto claro, podemos entrar entonces a desarrollar el tema que nos ocupa hoy “Bogotá Capital de la Paz”.

La propuesta de Bogotá Capital de la Paz está enmarcada en el Decreto Ley 1421 de 1993 “Estatuto Orgánico de Bogotá” en donde, por razones misionales, la Subsecretaría de Asuntos Locales, de la Secretaría Distrital de Gobierno, elaboró un modelo de proyecto acuerdo por medio del cual se crean los Consejos Locales de Paz y el que puso a consideración de los  20 Alcaldes Locales.

Los Alcaldes Locales hicieron las revisiones jurídicas correspondientes, tuvieron y tienen la libertad y facultad de modificar o reformar el modelo de proyecto de acuerdo y hasta separase de la propuesta que nosotros formulamos.

Fundamentalmente, ellos y ellas ya consolidaron la presentación de la propuesta del proyecto de acuerdo y como corresponde a la normativa, lo han presentado y van a seguir presentando, a consideración de las respectivas Juntas Administradoras Locales.

A la fecha podemos decir que ya tenemos constituidos, mediante ese procedimiento, 14 Acuerdos Locales, los cuales permitieron la conformación de ese mismo número de Consejos  Locales de Paz.

Ahora bien, con el programa “Bogotá Capital de la Paz” lo que logramos es aprestar institucionalmente al Distrito Capital con un sistema de Consejos Locales Paz en donde la presencia institucional va a ser notable más no la más importante, ya que la presencia más importante es la de la sociedad civil, la de múltiples ciudadanías, nuevas ciudadanías, la de múltiples organizaciones juveniles, cívicas, comunitarias, comunales, deportivas, ambientalistas, animalistas, anti taurinas, organizaciones de mujer y género, lesbianas, gays, transgeneristas, bisexuales e intersexuales, el concepto étnico etc.

Así las cosas, la consolidación de una infraestructura organizativa, social, de sociedad civil e institucional que nos permita tener 20 Consejos Locales de Paz es la primera etapa del proyecto.

La segunda etapa del Proyecto “Bogotá Capital de la Paz” es la de establecer el para qué y las funciones de los Consejos Locales de Paz. Entonces como estamos hablando de aprestamiento para el postconflicto, que es la gran tarea de los Consejos Locales de Paz, es fundamental que estos promuevan la consolidación de la ciudad de Bogotá como una ciudad de acogida del marco del proceso de “DDR” Dejación de Armas, Desmovilización y Reincorporación a la vida civil.

Esta segunda etapa es fundamental, porque de los procesos de paz que se avecinan, uno con las FARC que se lleva a cabo en la Habana y otro con el ELN que se podría llevar a cabo en la Ciudad de Quito o en Monte Video resultaría, según cálculos relativamente mesurados de los analistas, aproximadamente 20.000 personas que entrarían a la reinserción, de los cuales, no menos del 20% terminarían en la ciudad de Bogotá, es decir que alrededor de 4000 excombatientes podrían terminar residenciando en nuestra ciudad.

Ésta situación sería de hondo impacto para la ciudad, por lo tanto se debe pensar desde ya con las institucionalidades locales y con las comunidades de los territorios, en el diseño de planes, programas y proyectos que permitan administrar adecuadamente y sin mayores impactos negativos la presencia de estas nuevas ciudadanías que provienen de los acuerdos de paz.

Entonces los Consejos Locales de Paz tienen como primera función examinar a profundidad la forma como la ciudad y los territorios en las localidades van a participar en forma complementaria en el proceso de la DDR.

En ese orden de ideas, juega un papel muy importante la comunicación e información con las comunidades e incluso la deliberación y el intercambio de argumentos con estas, ya que en algún momento pueden tener reservas, no resistencias, a que alrededor de sus territorios y de sus vecindades terminen apareciendo allí, para instalarse y domiciliarse, mujeres y hombres que vienen de esos procesos de paz.

Por experiencia y teniendo en cuenta lo sucedido en Bogotá tras la desmovilización voluntaria e individual de los procesos del 2003 y 2004, podemos afirmar con severidad que esa tarea de la información, comunicación, deliberación, construcción de acuerdos, concertación y generación de consensos es muy importante.

En los procesos del 2003 y 2004 no se tuvo en cuenta este aspecto y terminó impactando de manera muy negativa el desarrollo de la seguridad y la convivencia de la ciudad de Bogotá. El famoso modelo de los albergues administrados por el Ministerio de Defensa en donde se alojaban los distintos desmovilizados, falló, ya que la comunidad terminó asumiendo actitudes reactivas por no tener en cuenta el aprestamiento y democratización de la información con la sociedad.

Todo el proceso de reincorporación a la vida civil tiene que ver con el hecho de tener un nicho social, unas redes sociales, un territorio en el cual reinsertarse, reincorporarse, a la vida del ejercicio de la ciudadanía, y esa es una tarea que tiene que abordarse desde ya.

Estamos convencidos que si se hace uso de la información, comunicación y pedagogía para la paz, las comunidades bogotanas, que tienen un espíritu democrático, van a tener actitudes de disposición y generosidad para la recepción de los nuevos ciudadanos que vengan a la ciudad de Bogotá como resultado de la firma de los acuerdos de paz.

Ahora bien, la segunda tarea o función que tienen los Consejos Locales de Paz, tiene que ver con la generación, por parte del Gobierno Nacional en compañía del Gobierno Distrital, de condiciones económicas, sociales y psicosociales idóneas y adecuadas que hagan parte de un gran programa de atención a la población desmovilizada en la ciudad de Bogotá que genere las condiciones para el proceso de la reincorporación.

Aquí es fundamental caracterizar social y adecuadamente y  hacer un perfil muy claro de los excombatientes de las FARC y excombatientes del ELN, porque eso le va a permitir a las autoridades del Distrito el diseño de unos programas adecuados. Aquí, por ejemplo, se debe entender que la población mayoritaria de las FARC es una población campesina rural y que si varios de ellos terminan en la ciudad de Bogotá habrá que hacer el diseño y la preparación de unos programas de adecuación a la condición ciudadana en una metrópoli como Bogotá. 

Igualmente, hay que establecer un estudio muy concreto sobre las condiciones académicas de los desmovilizados, pues no sería impensable que muchos de ellos y de ellas tengan niveles de formación académica precaria, por lo tanto hay que hacer uso de la experiencia de procesos de paz anteriores, en donde programas como el de educación para la paz, que era un programa de alfabetización para que personas pudieran adelantar los estudios de primaria y secundaria en un tiempo record de 18 meses fue exitoso y eventualmente podría tenerse en cuenta en esa etapa.

Finalmente, la tercera función o tarea que deben cumplir los Consejos Locales de Paz y la cual considero yo que es la más importante, es la de construir el proyecto de reconciliación. Luego de 60 años de guerra continua y sistemática en la sociedad colombiana, esta generó unas fracturas y unas diferencias difíciles de superar, por lo tanto, si no hay una apuesta para la construcción, desarrollo y ejecución de un proyecto nacional de reconciliación en donde Bogotá debe jugar un papel fundamental, la paz no será una realidad.

Dentro del proyecto nacional de reconciliación y de “Bogotá Capital para la Paz”, se habla del siglo de la reconciliación, esto es, firmado el acuerdo de terminación de la guerra, lo que le viene a la sociedad colombiana y por su puesto a la bogotana, es el inicio de un siglo de reconciliación, pues si bien es cierto que terminar la guerra es un asunto complejo de la política dado que la sociedad ha estado marcada por la guerra fratricida de 6 décadas, ésta demandará no menos de un siglo para la construcción de un ejercicio mucho más complejo y más dispendioso que es el de reconciliar a las colombianas y a los colombianos.

El proyecto de la reconciliación tiene que estar basado en los cuatro estándares fundamentales: verdad, justicia, reparación y voluntad de no repetición y en el corazón de este proyecto de la reconciliación de Bogotá Capital para la Paz tienen que estar las víctimas, puesto que la razón ética de un proceso de paz son las víctimas, quienes deben ser reparadas integralmente desde el punto de vista social, económico, pero fundamentalmente desde el punto de vista simbólico.

Mediante una verdadera reconciliación y un instrumento de la educación para la paz y cultura para la paz podremos construir una premisa básica o mínima del nunca más, de una conciencia colectiva de nación, de país de sociedad para que nunca más se haga uso de la violencia como instrumento de acción y representación de la política.     
  


PONENCIA ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA ONIC

LAS MUJERES INDÍGENAS COLOMBIANAS EN EL CAMINO DEL CONFLICTO A LAS NEGOCIACIONES DE PAZ

La ONIC - Organización Nacional Indígena de Colombia es un proyecto político, organizativo y de gobierno de carácter nacional, que constituye una apuesta propia de los pueblos indígenas de  Colombia para la defensa y protección de nuestros derechos especiales, colectivos y culturales, bajo los principios del movimiento indígena: Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía

Según cifras oficiales del año 2005, somos aproximadamente el 3.4% de la población colombiana, aproximadamente  1´400.000  indígenas. Para la ONIC  - como Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, somos 102 pueblos, ubicados en 30 de los 32 departamentos. Las mujeres somos cerca del 50% de la población indígena.

Hemos sido víctimas del conflicto armado y la violencia sociopolítica y económica que se vive en nuestro país, lo hemos sido como pueblos indígenas y como mujeres indígenas. Pero además de sufrir las consecuencias del conflicto armado interno que vive el país y que de manera particular ha hecho de los pueblos indígenas las principales víctimas, también hemos soportado las consecuencias de una “violencia estructural”.

Esta violencia que hemos llamado estructural - tal como se resaltó en el reciente informe de la Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Derechos Internacional Humanitario y Paz de la ONIC- “está moldeada por instituciones, relaciones y campos de fuerza identificables, tales como la discriminación, la inequidad de género, la política de desarrollo, la política de despojo y los términos desiguales de intercambio en el mercado global entre las naciones industrializadas y las no industrializadas”.

Durante décadas, nuestra situación se ha caracterizado por:

·         Disputas por nuestros territorios de gran riqueza por su biodiversidad, recursos bioenergéticos y mineros
·         Intereses gubernamentales y de capital transnacional por nuestros recursos energéticos, minerales y ambientales
·         Sistemática vulneración al derecho a la consulta previa
·         La estigmatización de nuestras manifestaciones y protestas
·         La militarización casi total de nuestros territorios
·         Desplazamiento forzado como estrategia de guerra y como consecuencia de la misma
·         Amenazas, lesiones y muertes violentas
·         Desapariciones
·         Reclutamiento de jóvenes y parientes
·         Líderes y lideresas declarados como objetivo militar
·         Violencia sexual cometida por actores estatales y actores armados, sumada a la violencia que vivimos al interior de nuestras comunidades

Las consecuencias de estas violaciones a los derechos humanos las hemos padecido de manera directa como víctimas individuales y colectivas, pero es indudable que la vida familiar y la vida comunitaria se han visto afectadas también, la guerra ha desestabilizado muchas de nuestras relaciones, ha faltado la armonía, esa armonía que caracteriza el buen vivir de nuestros pueblos. Nuestro territorio se ha visto afectado cultural y espiritualmente.

Así como no concebimos pueblos sin territorio, tampoco podemos imaginar la pervivencia de nuestros pueblos si no hay paz y armonía en los territorios. Luego de años de exterminio y guerra, de temor y desesperanza hoy seguimos luchando por nuestros territorios en paz. Pero la paz y la armonía solo son posibles si hay condiciones dignas para vivir; no basta con el silencio de las armas y que quienes se han llamado enemigos estrechen sus manos. Para las mujeres indígenas habrá paz cuando nuestros pueblos sean tratados como sujetos políticos y no como objetos, cuando nosotras como mujeres seamos reconocidas como sujetos de derechos y no como objetos, como actoras políticas y protagonistas de la historia.

Hacia el año 2012, resaltamos ante la Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Violencia Sexual en el marco de los conflictos armados que:

Vivir sin violencia para las mujeres indígenas sería vivir en armonía, es estar bien en nuestros pueblos y comunidades, y en cualquier otro lugar, es vivir a plenitud todo el tiempo, al decir de las mujeres, es estar bien siempre y no ocasionalmente, y contar con mecanismos estatales comunitarios y familiares de resolución de los conflictos. Vivir sin violencia es tener realizados todos los derechos tanto individuales como colectivos. En el plano colectivo por ejemplo, es importante contar con un territorio propio, el cual para las mujeres debe ser además un territorio seguro, que les permita transitar sin el temor de ser agredidas físicamente ni sexualmente”.
La paz está nuestros pensamientos, sueños y caminos. Luchamos por la armonía en lo personal, en nuestras familias, comunidades y en la sociedad en general. Las mujeres indígenas tejemos caminos de paz cuando recordamos el dolor que produce la guerra pero no nos detenemos, proponemos y caminamos con nuestros compañeros; queremos la paz cuando parimos hijos e hijas para cuidar a la madre tierra; construimos la paz cuando participamos en congresos, asambleas, reuniones, talleres; aportamos a la búsqueda de la paz cuando desde la resistencia indígena nos sumamos a los movimientos sociales que en Colombia quieren la paz.

Información sobre escenario de paz y movimientos sociales, Minga, Foros de Paz, Cumbre

La Consejería de Mujer, Familia y Generación fue creada por mandato del VII Congreso de los Pueblos Indígenas en el 2007, con el objeto de  dinamizar procesos para el fortalecimiento de las mujeres, las familias y las diferentes generaciones indígenas, en el contexto de la agenda del movimiento indígena.

Nuestra Consejería, que hemos llamado la Consejería de la Gente Indígena, tiene como uno de sus mandatos el conocer, visibilizar y denunciar las violaciones a los derechos humanos de las mujeres indígenas y a la vez exigir las garantías para su plena realización, por eso en el marco de esta labor seguimos insistiendo en:

Respeto a los territorios, gobiernos, autoridades y  autonomía de los Pueblos Indígenas
·         Desmilitarización de los territorios indígenas

·         Atención estatal y cese a los procesos de ocupación ilegítima y de despojo territorial

·   Justicia y reparación ante las graves violaciones a los derechos humanos teniendo en cuentas las particularidades de las violencias que viven las mujeres indígenas y superando los obstáculos que siempre encontramos en términos lingüísticos, geográficos, culturales, económicos, sociales y  políticos.

·       El establecimiento de programas concertados adecuadamente de atención a las mujeres y niñas que han sido agredidas sexualmente y con otras formas de violencia, que proporcionen una reparación integral, comenzando por el respeto a nuestras autoridades, gobierno y formas tradicionales de vida.

·      Mecanismos adecuados para la coordinación de la justicia propia y ordinaria como medida para asegurar el acceso efectivo a la administración de justicia y superar la impunidad en los casos de violación de derechos a las mujeres indígenas

Buscamos la paz en las acciones individuales y comunitarias; en el fortalecimiento de nuestra cosmovisión e identidad; en la unidad y el trabajo colectivo; para los pueblos indígenas -como ya se ha expresado en otros espacios- “la paz no es una palabra o un discurso, sino una práctica  que cotidianamente vivimos y practicamos en los territorios, en nuestros ciclos de vida y con todos aquellos con los que nos relacionamos”. Responde al país profundo que no delega vocerías en los armados de cualquiera denominación. Es integral, social, popular, étnica, de género y familia, sociopolítica, económica y ambiental.

Como movimiento indígena hemos señalado unas condiciones básicas para una paz exitosa e incluyente:

·         Tregua bilateral para disminuir la intensidad del conflicto, la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y crear un clima favorable a la paz mientras se adelantan las negociaciones.

·         Reactivación del Consejo Nacional Indígena de Paz (CONIP), como máxima instancia de incidencia e interlocución política sobre nuestras iniciativas de paz en las etapas de negociación, desmovilización y posconflicto.

·         Conformación de una Comisión Humanitaria Indígena Nacional y de subcomisiones regionales prioritarias para adelantar diálogos humanitarios inmediatos llegar a compromisos públicos y verificables con los actores armados sobre respeto a la vida e integridad de los pueblos indígenas.

Estas comisiones deberán contar con reconocimiento del Gobierno Nacional y el acompañamiento de facilitadores, garantes y observadores nacionales e internacionales.

¡La paz es nuestro mandato de Vida!
¡Cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra!



PONENCIA DORIS RIVERA, ASODEMUC

PONECIA  DE ASODEMUC PARA EL “ENCUENTRO DE MOVIMIENTOS SOCIALES CONSTRUYENDO LA PAZ EN COLOMBIA” EN BILBAO, ESPAÑA.

Bogotá Colombia  febrero  de 2015.

Agradecemos sinceramente la invitación a ésta conferencia en Bilbao, España en la cual nos dan la oportunidad a las mujeres Colombianas de participar en representación de ASODEMUC, esta organización se creó con el objetivo de formar a las mujeres, en particular a las campesinas, estamos convencidas que una mujer en la política cambia, y muchas mujeres en la política, cambian la política.

El estar aquí compartiendo en este evento, nos permite estrechar los lazos de solidaridad con los pueblos hermanos, potenciar fuerzas suficientes, estrechar nuestros lazos de amistad y convertirnos en el horizonte de unidad para hacerle frente a quienes se empeñan en ponernos en el terreno de la guerra, mas hoy con los conflictos que se viven distintas  partes del mundo, entre ellas Colombia. Lo que se prevé dada la actual configuración socio- económica es un clima para desatar una tercera guerra mundial, la que debemos evitar a toda costa ya que todos y todas sabemos podría suponer el fin de la especie humana y de gran parte de la vida en el planeta.

Nuestro territorio tiene una población, 48´321.405 personas de las cuales; 24´562.767 somos mujeres, 1´378.845 de población Indígena correspondiente a 80 pueblos de distintas lenguas, se considera que más de 2´000.000 de dos millones de compatriotas viven fuera del país por causa del conflicto interno social y armado.

Hasta el 2012 se tenía un desplazamiento interno del 5,9 millones de personas en el país, encabezando la lista mundial de países con mayor desplazamiento de población producto de la guerra, con un componente particular desarrollado en el seno de la política gubernamental contrainsurgente y apoyado por grandes sectores de la política y de los empresarios nacionales y extranjeros generadores y sustentadores del fenómeno paramilitar, acompañado de la expropiación de tierras para instalar los grandes Mega proyectos, las más afectadas somos las mujeres que hemos sufrido el desarraigo, la fracturación familiar, la viudez, el desempleo y por tal razón somos las más interesadas en  hacer esfuerzos necesarios por parar esta absurda y fratricida guerra.

Colombia tiene una superficie 2´129.748 de los cuales una parte corresponde a dos océanos. Contamos con climas desde cálidos hasta nieve perpetuas, pasando por los páramos más grandes del mundo, el más importante el Páramo EL SUMAPAZ, y los parques naturales Picachos, Tinigua y la Serranía de la Macarena estos cuatro hacen parte del área de manejo especial de la Macarena AMEM, estos generan gran  atractivos para las trasnacionales que acrecentaron su presencia con proyectos que persiguen las grandes riquezas naturales que albergan estos territorios, los cuales generan una contradicción entre la defensa de los recursos hídricos que poseen y los hallazgos de minerales como el coltán, oro, esmeraldas, uranio y los hallazgos en hidrocarburos como carbón y petróleo, sin olvidar los mega proyectos de palma e hidroeléctricas a la par de la tradicional ganadería extensiva reflejo del pensamiento medieval de los terratenientes dueños de esas tierras que en gran medida se han apropiado de ellas a sangre y fuego a sus originales poseedores. Las políticas desarrolladas por el gobierno en procura de favorecer los intereses de las multinacionales o de los grandes capitales avalo el saqueo indiscriminado de nuestros recursos, causando daños irreparables a la biodiversidad dejando a los territorios convertidos en desiertos, en muchas parte del país, sin mitigar los graves impactos causados no solo al ambiente sino a los habitantes del territorio en particular los más débiles: mujeres, niños y ancianos. 

Colombia es un país que desde su creación ha vivido en guerra,  motivo por el cual ninguna de nuestras generaciones ha conocido la paz, por ello nosotras mujeres colombianas nos empeñamos tercamente en construir un bloque de unidad que permita, la construcción de una Patria Libre, Autónoma y Soberana.

El fenómeno de desigualdad debido a la concentración del capital en general y de la tierra en particular  dedicada a la ganadería extensiva, los mega proyectos y monocultivos, como la caña de azúcar y el cultivo de palma africana, entre otros; impidiendo la soberanía alimentaria y la sostenibilidad de la economía campesina, es un contrasentido que en un país con vocación agrícola los alimentos de consumo básicos están siendo importados bajo las figuras de TLC, nocivas desde donde se miren a los intereses del pueblo colombiano, reprimiendo la producción interna, perdiendo la propiedad de las semillas nativas, desestimulando las huertas familiares y atacando no solo la soberanía alimentaria con sus semillas “terminator”, sino la salud de quienes consumen estos productos que en gran medida son de origen transgénico, es sabido que ninguna de las multinacionales posee estudios que sustenten la salubridad de dichos productos y mucho menos sus interacciones con otros, la norteamericana Annie Leonard experta en responsabilidad social corporativa  llama la atención que los bebes son los mayores consumidores de toxinas provenientes de la leche materna por consumo de sustancias no testadas como corresponden.

 La falta de políticas de protección y defensa de los recursos naturales renovables y no renovables, unido al desprecio total de  la defensa de la auto determinación y la soberanía, hacen que se generen marcos legales para la extracción minera a todas luces inconvenientes no solo para la naturaleza sino como ya lo decíamos para los habitantes que incluso han pasado  por arte de burlesco de mineros artesanales y tradicionales a delincuentes que roban los recursos de la nación y de las empresas multinacionales a las que les han sido adjudicadas estas minas, es decir los habitantes originales que incluso durante siglos se han dedicado a la minería artesanal (mucho más amable al ambiente), pasan a ser ladrones de lo que por derecho les corresponde, esto  genera graves problemas sociales pues al ser arrestado el minero la mujer queda como única cabeza de familia manteniendo como sea a sus hijos y luchando por la libertad de su esposo.

El modelo neoliberal, hace cada vez más dependiente a nuestra nación de las políticas del FMI y BM, sumiéndonos en la absoluta pobreza. Además el conflicto interno generado por los problemas de desigualdad hace que la crisis sea de proporciones inimaginables, aunado a la privatización  de lo público como, la salud, la educación, la falta de servicios básicos sobre todo en el campo, llevan a la feminización de la pobreza en las ciudades y de forma critica a la mujer campesina, indígena y afrodescendiente.

En muchos de los encuentros realizados con mujeres en las zonas de  confrontación armada, se descubre que todos los problemas estructurales se agudizan allí, se corrobora la crisis estructural que se está viviendo en Colombia. Todas la reformas constitucionales que en este momento se están haciendo a espaldas del país, apuntan a mantener el modelo Neoliberal, los congresistas que en los últimos periodos han salido involucrados en un número muy elevado a investigaciones por paramilitarismo en particular en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (actual senador de la república) y el presidente Juan Manuel Santos (ex ministro de defensa de AUV), son los verdaderos defensores del neoliberalismo y reciben complacientes el lobby de las multinacionales agrícolas y mineras.

En este orden de ideas nos preocupa que estos mismos congresistas o sus herederos estén a cargo de las reformas tramitadas por el Congreso de la República entre las que se encuentran: la de ampliación del fuero penal militar, la ley de seguridad democrática, y la ley de víctimas, pueden terminar por apuntalar a la impunidad como ocurrió en la experiencia de la Unión Patriótica; cuando en 1985 se dieron las negociaciones con la insurgencia de las FARC-EP, posterior a éstas fue el extermino de ese movimiento político, donde fueron asesinados cuatro candidatos presidenciales, senadores, concejalas, concejales militante y simpatizante, de un número aproximado 5.000 personas; De todos casos, solo para cuatro de ellos la Justicia Colombiana ha emitido Fallo Condenatorio, donde se reconoce, la participación de las fuerzas de seguridad del Estado en complicidad con grupos paramilitares. “En vista de la ausencia de garantías para obtener Justicia, las víctimas y los sobrevivientes de la UP han recurrido a instancias internacionales y en particular a los mecanismos que para estos efectos brinda la Organización de Estados Americanos (OEA). En este marco, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha admitido el Caso 11.227, en el que examina este proceso de exterminio a solicitud de la Corporación "Reiniciar" y la Comisión Colombiana de Juristas.

El temor que se vive, en nuestra patria es que con este nuevo proceso de paz que se instaló oficialmente el 5 de octubre del 2013 en la ciudad de  Oslo y que posteriormente se trasladó a Cuba, donde hoy se está dialogando se repita el mismo fenómeno, que ocurrió con  el movimiento de la Unión Patriótica ya que  el gobierno colombiano no se está preparando para el post-conflicto sino  para la guerra, cada día invierte en presupuesto militar, para la vigencia 2015 las fuerzas armadas cuentan con un monto de 28.3 billones de pesos (aproximadamente 13.500 mil millones de dólares), equivalente a un 13.1 % del presupuesto total colombiano, además de que se sigue recibiendo recursos de los EEUU desde lo que se llamo el plan Colombia, es así que como lo reconoce la revista Dinero de Colombia, el ministerio de defensa se convirtió en la empresa más grande del país con más de un millón y medio de trabajadores con contratos millonarios independientes de su tarea militar, es por esto que sabemos que el primer enemigo de la paz es el ministro de defensa Juan Carlos Pinzón y muchos de la alta oficialidad que con el fin del conflicto ven afectados sus intereses.

Estas negociaciones han estado rodeadas de muchos ataques, ocasionados por parte de un sector con características fascistas, quienes se han enriquecido con las ganancias de la guerra en la compra de armas, tráfico de influencias, interceptaciones ilegales a dirigentes y defensores de derechos humanos. La situación de las y los dirigentes populares, contrario de aclimatar la confianza para la terminación del conflicto, los amenaza y asedia con detenciones masivas a campesinas y  campesinos, dirigentes(as) populares, defensores(as) de derechos humanos; tildándolas (os) de auxiliares de la insurgencia. De igual manera agrava la situación la reactivación de los mal llamados “falsos positivos” que es un asesinato a jóvenes de sectores populares que son presentados como guerrilleros dados de baja en combate, así como los “falsos positivos Jurídicos” que como muestra de eficiencia llevan a la cárcel a personas inocentes, en particular madres cabeza de familia que dejan a sus hijos solos o en el más aberrante de los casos les son arrebatados por el Instituto  Colombiano de Bienestar Familiar ICBF. Muchos de estos montajes judiciales se realizan con una estructura de desmovilizados que han pasado a ser “empleados” a sueldo del gobierno, convirtiéndose en verdaderos carteles o mafias a su servicio para mantener en la cárcel a los opositores del régimen.

Con el remoquete de BACRIM se ha querido tapar el reagrupamiento de grupos paramilitares que siguen realizando tareas de ataque a los lideres y lideresas de Colombia en connivencia con las FFMM, es bien sabido que gran parte de lo que se llamo la desmovilización de las AUC fue un sainete preparado para mostrar por los medios de comunicación que plácidamente desinforman a la opinión pública, pero que estas estructuras criminales así como sus financiadores y creadores siguen intactos con gran influencia en la mayoría de departamentos del país en los que imponen desde la economía hasta los candidatos y la presión de la ciudadanía para votar por ellos. Si bien las cifras de masacres han descendido, no se han acabado e informes demuestran que en sitios como el Choco las “casas de pique” siguen funcionando y el atentado personal a los líderes y lideresas ha pasado a ser su principal modus operandi.

Ante esa situación las mujeres hemos reiterado nuestro compromiso irrenunciable con la paz con justicia social y en estos encuentros nos hemos comprometido con la propuesta que hemos presentado en la mesa de la subcomisión de género de las Conversaciones en La Habana, creada en gran parte por la presión del movimientos social de mujeres colombianas, en la cual está inmersa ASODEMUC y las diferentes asociaciones de base de mujeres, diseminadas por el territorio nacional, y valga la oportunidad para reconocerles su titánica labor.

La presión internacional de las expertas en temas de género hizo que el 15 de diciembre del 2014 hicieran presencias 6 compañeras de distintas organizaciones, donde planteamos con claridad que la democracia no es posible en un país sin la inclusión de las mujeres. Las propuestas estuvieron encaminadas a que la Titularidad de la tierras que habitan las mujeres estén en cabeza de las mujeres, garantía esta para el impulso de cultivos nativos y variados

Las mujeres en su triple jornada no reciben salario por el trabajo familiar que se realiza y por lo tanto se exige que entren a un sistema de seguridad social como parte de la redistribución del producto Interno Bruto, lo que se le ha llamado La Economía del Cuidado.

La desmilitarización de los territorios y de la vida civil se hace cada vez más urgente y necesaria, ya que la violación a niñas niños y mujeres se ha convertido en una epidemia en la mayoría de los casos, llegando incluso al asesinato de la victima para no dejar evidencias. A demás que creemos que el entrenamiento recibido por las unidades militares deshumaniza a estos combatientes, llevando a cabo actos alejados del servicio o excediendo su accionar, es así que sigue la fumigación indiscriminada como acto de guerra contra las comunidades en sus cultivos de pan coger, las fuentes hídricas e incluso viviendas habitadas por menores de edad. Los bombardeos indiscriminados desde aire o desde tierra con morteros a sitios cercanos a población civil que en oportunidades se ven afectadas, tanto en su propiedad como con el impacto psicológico que esta incertidumbre genera, lo que calificamos como terrorismo de Estado.

Queremos hoy dejar claro ante el “Encuentro de Movimientos Sociales Construyendo la paz en Colombia”, que para nuestro país es fundamental que el gobierno colombiano asuma una posición seria frente al actual proceso de diálogo y disponga las condiciones necesarias para llevar a buen término el proceso de paz, para esto es fundamental y prioritario se ordene una tregua bilateral del fuego, lo que permitiría un ambiente más calmado sin eventos externos que interrumpan el adecuado desarrollo de los diálogos. A demás que generaría en los colombianos un ambiente adecuado para pensar en la reconciliación que tanto nos merecemos, por lo tanto estos acuerdos deben ser ratificados a atreves de una Asamblea nacional Constituyente.  Por lo tanto esperamos de este encuentro y la comunidad internacional en general, nos brinde su solidaridad y pronunciamientos que permita ejercer una presión eficaz ante el gobierno colombiano, que se traduzca en hechos reales de paz llevando a que al cese unilateral de fuego decretado por las FARC- EP, se sume la orden presidencial de cese de fuego a las Fuerzas Militares.

 Es por eso que como parte del aclimatamiento para  el post-conflicto  es necesario que exista una política que garantice a los insurgentes desmovilizados y desmovilizadas, que podrán ejercer como ciudadanos sus derechos sin ninguna limitación que la que disponga la ley para todos los colombianos. Esto debe traducirse en leyes que garanticen este tránsito a la civilidad, aplicando los marcos internacionales de derecho, más los propios que se generen a raíz de los acuerdos logrados en la mesa.   

En Asodemuc estamos en procesos de construcción en las Regiones de Asambleas Constituyentes de mujeres por la paz, de igual manera en el hecho de que las mujeres víctimas del conflicto, seamos reparadas sobre la base de la verdad, justicia y la no repetición, de la violación a nuestros cuerpos y nuestros derechos. Donde necesitamos El Apoyo Efectivo y Real de la Comunidad Internacional.

En la participación política, es necesario que se implemente la paridad política como parte del resarcimiento, por todo el tiempo que estuvimos en el anonimato y que se implemente el mecanismo sistema cremallera, para evitar que las mujeres seamos utilizadas en estas campañas electorales como escalera para que los hombres suban a sus puestos de representación política.

Un elemento relévate en la discusión y que debe estar presente en su justa dimensión es el  narcotráfico, que como fenómeno se ha sumado a la problemática en nuestro país, no solo porque ha servido para financiar el conflicto, sino porque ha servido de escusa para adelantar una guerra en nuestro territorio señalándonos como culpables y dejando por fuera los carteles internacionales que se lucran del negocio obteniendo ingentes ganancias en la banca Internacional, siendo así que menos del 10% de la ganancia total llega a Colombia, pero acá es donde se ha desarrollado la guerra contra el narcotráfico y son nuestros hermanos quienes la libran y la sufren, por otra parte el narcotráfico construye idearios que marcan lo que llamamos en Colombia la cultura “traqueta” que inculca la vida fácil, enriquecerse sin trabajar, las armas, las casas y los carros lujosos como símbolo de poder, las estéticas de dominación sobre la mujer en las que el cuerpo se convierte en botín de guerra, en mercancía que se vende, se compra o se modifica con silicona a tal punto que hasta novelas sobre el tema han salido bajo el título de “sin tetas no hay paraíso”, modelos sexuales estereotipos para cumplir so pena de quedar excluida de una vida con lujos, la otra cara de esta moneda es que valiéndose de la pobreza aberrante, hombres y mujeres terminan como “mulas” de transporte de drogas al interior de su organismo.

 En términos generales, eso es lo que planteamos, damos las gracias a todos y todas por haber tenido la gentileza de escucharnos , pero sobre todo a los y las compañera(os) de Emigrados Sin Fronteras, quienes han puesto los ojos en nuestro país, mirada que ha sido estimulante, para integrar a las demás mujeres que han estado invadidas por el terror de la guerra.


        



jueves, 29 de enero de 2015

PRESENTACIÓN

Estimadas/os amigas/os

Desde Emigrados Sin Fronteras, os invitamos a participar y acompañar el “Encuentro de Movimientos Sociales Construyendo la Paz en Colombia”, que se celebrará en Bilbao y Gernika del 16 al 20 de febrero de 2015, en el marco del proyecto “Mujeres y hombres construyendo incidencia para la solución negociada al conflicto social, político y armado en Colombia”, financiado por la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Gernika - Lumo en la convocatoria 2014.

Desde su fundación en el año 2008, Emigrados Sin Fronteras viene trabajando en Colombia, y asume el compromiso institucional de apoyar procesos que contribuyan a la construcción de la paz en el país. Por ello, desarrolla acciones de manera conjunta con organizaciones de base y movimientos sociales enfocadas a la defensa de los derechos humanos, la tierra, el territorio, la construcción de una nueva Colombia más justa, equitativa, igualitaria, inclusiva, autónoma  y soberana.

En octubre de 2012, se inician los diálogos de Paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno colombiano presidido por el Presidente Juan Manuel Santos, y se  estableció una Agenda de Negociación de 5 puntos. Convirtiéndose en un momento histórico para los colombianos y colombianas, ya que se trata de un proceso que puede dar término a más de cinco décadas de conflicto social, político y armado.

A partir de esta fecha se ha fortalecido trabajo conjunto con las organizaciones con las que trabajamos en Colombia, compartiendo sus procesos y propuestas de construcción de paz con organizaciones y fuerzas políticas en Euskadi. En ese marco, el mes de noviembre de 2014, estuvimos apoyando de manera conjunta con otras organizaciones, entre ellas, Asociación Cine de Base y la Asociación “Jorge Adolfo Freytter Romero”, estudio sobre violencia política en América Latina, el encuentro “Constituyente por la paz: exiliadas y exiliados perseguidos por el Estado y el paramilitarismo colombiano” realizado en Bilbao y Gernika.

Recientemente, hemos sido testigos de importantes acontecimientos para el proceso de paz. En noviembre de 2014, un general de las Fuerzas Armadas de Colombia (Ruben Dario Alzate) y dos de sus acompañantes cayeron en poder de las FARC-EP, razón por la que el gobierno anunció la suspensión temporal de los diálogos de paz, que se reanudaron tras la liberación de estas tres personas.

En diciembre de 2014, las FARC- EP, anunciaron un alto el fuego unilateral e indefinido. En lo que va del mes de enero de 2015, el Presidente Juan Manuel Santos, ha anunciado discutir un alto el fuego bilateral. Igualmente, se da el anuncio del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de su disposición a iniciar diálogos de paz con el gobierno colombiano. Aún en este escenario de conflicto armado, social y político; lo anterior, son muestras de que hay muchas posibilidades para que se firme definitivamente  la paz con justicia social en Colombia. Por ello, son necesarios todos los esfuerzos y apoyo de la solidaridad e incidencia de la comunidad internacional representada en sus instituciones, sociedad civil y fuerzas políticas, específicamente, de Euskadi para que Colombia alcance la tan anhelada paz.

En este contexto, los objetivos del encuentro son:

1.      Compartir las propuestas que los movimientos sociales están trabajando en el marco del proceso de Paz en Colombia.

2.      Compartir los avances del proceso de paz desde la perspectiva de los movimientos sociales.

3. Fortalecer los procesos solidarios y de incidencia de la comunidad internacional, especialmente, de Euskadi, para que Colombia alcance la paz con justicia social.

El encuentro se desarrollará en torno a 4 mesas, con las siguientes temáticas:

-Mesa Proceso de paz y comunidad internacional. En esta mesa estarán como ponentes: Paul Rios, Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri, Liliana Zambrano, Experta y Consultora Internacional en resolución de conflicto y paz, Enrrique Santiago, Especialista en Derecho Internacional y en el Conflicto colombiano, Germán Roncancio, Congreso de los Pueblos. Esta mesa será moderada por María Oianguren, Directora Gernika Gogoratuz Centro de Investigación Por la Paz.

-Mesa Participación Política en el marco del conflicto y el actual proceso de paz. Estarán como ponentes; Iván Cepeda, Senador de la República de Colombia, Partido Polo Democrático, Germán Roncancio, Congreso de los Pueblos, José Cuesta, Subdirector de Asuntos Locales Alcaldía de Bogotá, David Flórez, Marcha Patriótica, Movimiento Político y Social, Iker Casanova, Parlamentario Vasco, Bildu. En esta mesa actuará como moderador Patxi Zabalo, Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional / Nazioarteko Lankidetza eta Garapenari Buruzko Ikasketa Institutua Hegoa / UPV/EHU.

- Mesa Tierra, Territorio y Soberanía.  Participarán como ponentes: Beatriz Plaza, Observatorio de Multinacionales en América Latina – OMAL, Arelis Uriana, Organización Indígena de Colombia ONIC, Germán Roncancio, Congreso de los Pueblos, Doris Rivera, Asociación de Mujeres por la Paz y la Defensa de los Derechos de la Mujer Colombiana (ASODEMUC). Esta mesa será moderada por Mónica Alonso, de la Fundación Mundubat.

-Mesa Resolución del conflicto y acuerdos de paz desde las mujeres. Estarán como ponentes: Susana Mateo, Zabalketa, Intermon Oxfam, Doris Rivera, Asociación de Mujeres por la Paz y la Defensa de los Derechos de la Mujer Colombiana (ASODEMUC), Arelis Uriana, Organización Indígena de Colombia (ONIC). Esta mesa será moderada por Olga Del Castillo, de Mujeres del Mundo


Adjuntamos la agenda del encuentro.

Atentamente,
Emigrados Sin Fronteras
946793483 / 645138757
www.emigradossinfronteras.org
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