PONECIA
DE ASODEMUC PARA EL “ENCUENTRO DE MOVIMIENTOS SOCIALES CONSTRUYENDO LA
PAZ EN COLOMBIA” EN BILBAO, ESPAÑA.
Bogotá Colombia febrero
de 2015.
Agradecemos sinceramente la invitación a ésta
conferencia en Bilbao, España en la cual nos dan la oportunidad a las mujeres
Colombianas de participar en representación de ASODEMUC, esta organización se
creó con el objetivo de formar a las mujeres, en particular a las campesinas,
estamos convencidas que una mujer en la política cambia, y muchas mujeres en la
política, cambian la política.
El estar aquí compartiendo en este evento,
nos permite estrechar los lazos de solidaridad con los pueblos hermanos,
potenciar fuerzas suficientes, estrechar nuestros lazos de amistad y
convertirnos en el horizonte de unidad para hacerle frente a quienes se empeñan
en ponernos en el terreno de la guerra, mas hoy con los conflictos que se viven
distintas partes del mundo, entre ellas
Colombia. Lo que se prevé dada la actual configuración socio- económica es un
clima para desatar una tercera guerra mundial, la que debemos evitar a toda
costa ya que todos y todas sabemos podría suponer el fin de la especie humana y
de gran parte de la vida en el planeta.
Nuestro territorio tiene una población,
48´321.405 personas de las cuales; 24´562.767 somos mujeres, 1´378.845 de
población Indígena correspondiente a 80 pueblos de distintas lenguas, se
considera que más de 2´000.000 de dos millones de compatriotas viven fuera del país
por causa del conflicto interno social y armado.
Hasta el 2012 se tenía un desplazamiento
interno del 5,9 millones de personas en el país, encabezando la lista mundial
de países con mayor desplazamiento de población producto de la guerra, con un
componente particular desarrollado en el seno de la política gubernamental
contrainsurgente y apoyado por grandes sectores de la política y de los
empresarios nacionales y extranjeros generadores y sustentadores del fenómeno
paramilitar, acompañado de la expropiación de tierras para instalar los grandes
Mega proyectos, las más afectadas somos las mujeres que hemos sufrido el
desarraigo, la fracturación familiar, la viudez, el desempleo y por tal razón somos
las más interesadas en hacer esfuerzos
necesarios por parar esta absurda y fratricida guerra.
Colombia tiene una superficie 2´129.748 de
los cuales una parte corresponde a dos océanos. Contamos con climas desde
cálidos hasta nieve perpetuas, pasando por los páramos más grandes del mundo,
el más importante el Páramo EL SUMAPAZ, y los parques naturales Picachos,
Tinigua y la Serranía de la Macarena estos cuatro hacen parte del área de
manejo especial de la Macarena AMEM, estos generan gran atractivos para las trasnacionales que
acrecentaron su presencia con proyectos que persiguen las grandes riquezas
naturales que albergan estos territorios, los cuales generan una contradicción
entre la defensa de los recursos hídricos que poseen y los hallazgos de
minerales como el coltán, oro, esmeraldas, uranio y los hallazgos en
hidrocarburos como carbón y petróleo, sin olvidar los mega proyectos de palma e
hidroeléctricas a la par de la tradicional ganadería extensiva reflejo del
pensamiento medieval de los terratenientes dueños de esas tierras que en gran
medida se han apropiado de ellas a sangre y fuego a sus originales poseedores.
Las políticas desarrolladas por el gobierno en procura de favorecer los
intereses de las multinacionales o de los grandes capitales avalo el saqueo
indiscriminado de nuestros recursos, causando daños irreparables a la
biodiversidad dejando a los territorios convertidos en desiertos, en muchas
parte del país, sin mitigar los graves impactos causados no solo al ambiente
sino a los habitantes del territorio en particular los más débiles: mujeres,
niños y ancianos.
Colombia es un país que desde su creación ha
vivido en guerra, motivo por el cual
ninguna de nuestras generaciones ha conocido la paz, por ello nosotras mujeres
colombianas nos empeñamos tercamente en construir un bloque de unidad que
permita, la construcción de una Patria Libre, Autónoma y Soberana.
El fenómeno de desigualdad debido a la concentración
del capital en general y de la tierra en particular dedicada a la ganadería extensiva, los mega proyectos
y monocultivos, como la caña de azúcar y el cultivo de palma africana, entre
otros; impidiendo la soberanía alimentaria y la sostenibilidad de la economía
campesina, es un contrasentido que en un país con vocación agrícola los
alimentos de consumo básicos están siendo importados bajo las figuras de TLC,
nocivas desde donde se miren a los intereses del pueblo colombiano, reprimiendo
la producción interna, perdiendo la propiedad de las semillas nativas,
desestimulando las huertas familiares y atacando no solo la soberanía
alimentaria con sus semillas “terminator”, sino la salud de quienes consumen
estos productos que en gran medida son de origen transgénico, es sabido que
ninguna de las multinacionales posee estudios que sustenten la salubridad de dichos
productos y mucho menos sus interacciones con otros, la norteamericana Annie
Leonard experta en responsabilidad social corporativa llama la atención que los bebes son los
mayores consumidores de toxinas provenientes de la leche materna por consumo de
sustancias no testadas como corresponden.
La
falta de políticas de protección y defensa de los recursos naturales renovables
y no renovables, unido al desprecio total de
la defensa de la auto determinación y la soberanía, hacen que se generen
marcos legales para la extracción minera a todas luces inconvenientes no solo
para la naturaleza sino como ya lo decíamos para los habitantes que incluso han
pasado por arte de burlesco de mineros
artesanales y tradicionales a delincuentes que roban los recursos de la nación
y de las empresas multinacionales a las que les han sido adjudicadas estas
minas, es decir los habitantes originales que incluso durante siglos se han
dedicado a la minería artesanal (mucho más amable al ambiente), pasan a ser
ladrones de lo que por derecho les corresponde, esto genera graves problemas sociales pues al ser
arrestado el minero la mujer queda como única cabeza de familia manteniendo
como sea a sus hijos y luchando por la libertad de su esposo.
El modelo neoliberal, hace cada vez más
dependiente a nuestra nación de las políticas del FMI y BM, sumiéndonos en la
absoluta pobreza. Además el conflicto interno generado por los problemas de
desigualdad hace que la crisis sea de proporciones inimaginables, aunado a la
privatización de lo público como, la
salud, la educación, la falta de servicios básicos sobre todo en el campo,
llevan a la feminización de la pobreza en las ciudades y de forma critica a la
mujer campesina, indígena y afrodescendiente.
En muchos de los encuentros realizados con
mujeres en las zonas de confrontación
armada, se descubre que todos los problemas estructurales se agudizan allí, se
corrobora la crisis estructural que se está viviendo en Colombia. Todas la
reformas constitucionales que en este momento se están haciendo a espaldas del
país, apuntan a mantener el modelo Neoliberal, los congresistas que en los
últimos periodos han salido involucrados en un número muy elevado a
investigaciones por paramilitarismo en particular en el gobierno de Álvaro
Uribe Vélez (actual senador de la república) y el presidente Juan Manuel Santos
(ex ministro de defensa de AUV), son los verdaderos defensores del
neoliberalismo y reciben complacientes el lobby de las multinacionales
agrícolas y mineras.
En este orden de ideas nos preocupa que estos
mismos congresistas o sus herederos estén a cargo de las reformas tramitadas
por el Congreso de la República entre las que se encuentran: la de ampliación
del fuero penal militar, la ley de seguridad democrática, y la ley de víctimas,
pueden terminar por apuntalar a la impunidad como ocurrió en la experiencia de
la Unión Patriótica; cuando en 1985 se dieron las negociaciones con la
insurgencia de las FARC-EP, posterior a éstas fue el extermino de ese
movimiento político, donde fueron asesinados cuatro candidatos presidenciales,
senadores, concejalas, concejales militante y simpatizante, de un número aproximado
5.000 personas; De todos casos, solo para cuatro de ellos la Justicia
Colombiana ha emitido Fallo Condenatorio, donde se reconoce, la participación
de las fuerzas de seguridad del Estado en complicidad con grupos paramilitares. “En vista de la ausencia de garantías para obtener
Justicia, las víctimas y los sobrevivientes de la UP han recurrido a instancias
internacionales y en particular a los mecanismos que para estos efectos brinda
la Organización de Estados Americanos (OEA). En este marco, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha admitido el Caso 11.227, en el que
examina este proceso de exterminio a solicitud de la Corporación
"Reiniciar" y la Comisión Colombiana de Juristas.
El temor que se vive, en nuestra patria es
que con este nuevo proceso de paz que se instaló oficialmente el 5 de octubre
del 2013 en la ciudad de Oslo y que
posteriormente se trasladó a Cuba, donde hoy se está dialogando se repita el
mismo fenómeno, que ocurrió con el
movimiento de la Unión Patriótica ya que
el gobierno colombiano no se está preparando para el post-conflicto sino para la guerra, cada día invierte en
presupuesto militar, para la vigencia 2015 las fuerzas
armadas cuentan con un monto de 28.3 billones de pesos (aproximadamente 13.500
mil millones de dólares), equivalente a un 13.1 % del presupuesto total
colombiano, además de que se sigue recibiendo recursos de los EEUU desde lo que
se llamo el plan Colombia, es así que como lo reconoce la revista Dinero de
Colombia, el ministerio de defensa se convirtió en la empresa más grande del
país con más de un millón y medio de trabajadores con contratos millonarios
independientes de su tarea militar, es por esto que sabemos que el primer
enemigo de la paz es el ministro de defensa Juan Carlos Pinzón y muchos de la
alta oficialidad que con el fin del conflicto ven afectados sus intereses.
Estas
negociaciones han estado rodeadas de muchos ataques, ocasionados por parte de
un sector con características fascistas, quienes se han enriquecido con las
ganancias de la guerra en la compra de armas, tráfico de influencias,
interceptaciones ilegales a dirigentes y defensores de derechos humanos. La
situación de las y los dirigentes populares, contrario de aclimatar la
confianza para la terminación del conflicto, los amenaza y asedia con
detenciones masivas a campesinas y
campesinos, dirigentes(as) populares, defensores(as) de derechos
humanos; tildándolas (os) de auxiliares de la insurgencia. De igual manera
agrava la situación la reactivación de los mal llamados “falsos positivos” que
es un asesinato a jóvenes de sectores populares que son presentados como
guerrilleros dados de baja en combate, así como los “falsos positivos
Jurídicos” que como muestra de eficiencia llevan a la cárcel a personas
inocentes, en particular madres cabeza de familia que dejan a sus hijos solos o
en el más aberrante de los casos les son arrebatados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF. Muchos
de estos montajes judiciales se realizan con una estructura de desmovilizados
que han pasado a ser “empleados” a sueldo del gobierno, convirtiéndose en
verdaderos carteles o mafias a su servicio para mantener en la cárcel a los
opositores del régimen.
Con el
remoquete de BACRIM se ha querido tapar el reagrupamiento de grupos
paramilitares que siguen realizando tareas de ataque a los lideres y lideresas
de Colombia en connivencia con las FFMM, es bien sabido que gran parte de lo que
se llamo la desmovilización de las AUC fue un sainete preparado para mostrar
por los medios de comunicación que plácidamente desinforman a la opinión
pública, pero que estas estructuras criminales así como sus financiadores y
creadores siguen intactos con gran influencia en la mayoría de departamentos
del país en los que imponen desde la economía hasta los candidatos y la presión
de la ciudadanía para votar por ellos. Si bien las cifras de masacres han
descendido, no se han acabado e informes demuestran que en sitios como el Choco
las “casas de pique” siguen funcionando y el atentado personal a los líderes y
lideresas ha pasado a ser su principal modus operandi.
Ante
esa situación las mujeres hemos reiterado nuestro compromiso irrenunciable con
la paz con justicia social y en estos encuentros nos hemos comprometido con la
propuesta que hemos presentado en la mesa de la subcomisión de género de las
Conversaciones en La Habana, creada en gran parte por la presión del
movimientos social de mujeres colombianas, en la cual está inmersa ASODEMUC y
las diferentes asociaciones de base de mujeres, diseminadas por el territorio
nacional, y valga la oportunidad para reconocerles su titánica labor.
La
presión internacional de las expertas en temas de género hizo que el 15 de
diciembre del 2014 hicieran presencias 6 compañeras de distintas
organizaciones, donde planteamos con claridad que la democracia no es posible
en un país sin la inclusión de las mujeres. Las propuestas estuvieron
encaminadas a que la Titularidad de la
tierras que habitan las mujeres estén en cabeza de las mujeres, garantía esta
para el impulso de cultivos nativos y variados
Las
mujeres en su triple jornada no reciben salario por el trabajo familiar que se
realiza y por lo tanto se exige que entren a un sistema de seguridad social
como parte de la redistribución del producto Interno Bruto, lo que se le ha
llamado La Economía del Cuidado.
La
desmilitarización de los territorios y de la vida civil se hace cada vez más
urgente y necesaria, ya que la violación a niñas niños y mujeres se ha
convertido en una epidemia en la mayoría de los casos, llegando incluso al
asesinato de la victima para no dejar evidencias. A demás que creemos que el
entrenamiento recibido por las unidades militares deshumaniza a estos
combatientes, llevando a cabo actos alejados del servicio o excediendo su
accionar, es así que sigue la fumigación indiscriminada como acto de guerra
contra las comunidades en sus cultivos de pan coger, las fuentes hídricas e
incluso viviendas habitadas por menores de edad. Los bombardeos indiscriminados
desde aire o desde tierra con morteros a sitios cercanos a población civil que
en oportunidades se ven afectadas, tanto en su propiedad como con el impacto
psicológico que esta incertidumbre genera, lo que calificamos como terrorismo
de Estado.
Queremos
hoy dejar claro ante el “Encuentro de Movimientos Sociales Construyendo la paz
en Colombia”, que para nuestro país es fundamental que el gobierno colombiano
asuma una posición seria frente al actual proceso de diálogo y disponga las
condiciones necesarias para llevar a buen término el proceso de paz, para esto
es fundamental y prioritario se ordene una tregua bilateral del fuego, lo que
permitiría un ambiente más calmado sin eventos externos que interrumpan el
adecuado desarrollo de los diálogos. A demás que generaría en los colombianos
un ambiente adecuado para pensar en la reconciliación que tanto nos merecemos,
por lo tanto estos acuerdos deben ser ratificados a atreves de una Asamblea
nacional Constituyente. Por lo tanto
esperamos de este encuentro y la comunidad internacional en general, nos brinde
su solidaridad y pronunciamientos que permita ejercer una presión eficaz ante
el gobierno colombiano, que se traduzca en hechos reales de paz llevando a que
al cese unilateral de fuego decretado por las FARC- EP, se sume la orden
presidencial de cese de fuego a las Fuerzas Militares.
Es por
eso que como parte del aclimatamiento para
el post-conflicto es necesario
que exista una política que garantice a los insurgentes desmovilizados y
desmovilizadas, que podrán ejercer como ciudadanos sus derechos sin ninguna
limitación que la que disponga la ley para todos los colombianos. Esto debe
traducirse en leyes que garanticen este tránsito a la civilidad, aplicando los
marcos internacionales de derecho, más los propios que se generen a raíz de los
acuerdos logrados en la mesa.
En Asodemuc
estamos en procesos de construcción en las Regiones de Asambleas Constituyentes
de mujeres por la paz, de igual manera en el hecho de que las mujeres víctimas
del conflicto, seamos reparadas sobre la base de la verdad, justicia y la no
repetición, de la violación a nuestros cuerpos y nuestros derechos. Donde
necesitamos El Apoyo Efectivo y Real de la Comunidad Internacional.
En la
participación política, es necesario que se implemente la paridad política como
parte del resarcimiento, por todo el tiempo que estuvimos en el anonimato y que
se implemente el mecanismo sistema cremallera, para evitar que las mujeres seamos
utilizadas en estas campañas electorales como escalera para que los hombres
suban a sus puestos de representación política.
Un
elemento relévate en la discusión y que debe estar presente en su justa
dimensión es el narcotráfico, que como fenómeno
se ha sumado a la problemática en nuestro país, no solo porque ha servido para
financiar el conflicto, sino porque ha servido de escusa para adelantar una
guerra en nuestro territorio señalándonos como culpables y dejando por fuera
los carteles internacionales que se lucran del negocio obteniendo ingentes
ganancias en la banca Internacional, siendo así que menos del 10% de la
ganancia total llega a Colombia, pero acá es donde se ha desarrollado la guerra
contra el narcotráfico y son nuestros hermanos quienes la libran y la sufren,
por otra parte el narcotráfico construye idearios que marcan lo que llamamos en
Colombia la cultura “traqueta” que inculca la vida fácil, enriquecerse sin
trabajar, las armas, las casas y los carros lujosos como símbolo de poder, las
estéticas de dominación sobre la mujer en las que el cuerpo se convierte en
botín de guerra, en mercancía que se vende, se compra o se modifica con
silicona a tal punto que hasta novelas sobre el tema han salido bajo el título
de “sin tetas no hay paraíso”, modelos sexuales estereotipos para cumplir so
pena de quedar excluida de una vida con lujos, la otra cara de esta moneda es
que valiéndose de la pobreza aberrante, hombres y mujeres terminan como “mulas”
de transporte de drogas al interior de su organismo.
En términos generales, eso es lo que
planteamos, damos las gracias a todos y todas por haber tenido la gentileza de
escucharnos , pero sobre todo a los y las compañera(os) de Emigrados Sin
Fronteras, quienes han puesto los ojos en nuestro país, mirada que ha sido
estimulante, para integrar a las demás mujeres que han estado invadidas por el
terror de la guerra.